El reflujo gastroesofágico es una de las patologías digestivas más comunes. Se produce cuando el contenido del estómago asciende hacia el esófago, generando síntomas como acidez, ardor o una sensación de quemazón detrás del esternón. Aunque puede parecer una molestia pasajera, cuando el reflujo es frecuente o intenso conviene evaluarlo de manera médica para evitar complicaciones.
Síntomas más frecuentes del reflujo gastroesofágico
El síntoma más característico es la acidez, que suele aparecer después de las comidas o al acostarse. Sin embargo, el reflujo puede manifestarse de diferentes formas:
- Ardor en el pecho o garganta.
- Regurgitación de alimentos o líquidos.
- Tos seca o carraspeo persistente.
- Dolor al tragar o sensación de nudo en la garganta.
- Alteraciones en la voz, especialmente por la mañana.
Si estos síntomas aparecen varias veces por semana o afectan a tu calidad de vida, es recomendable acudir a una especialista en aparato digestivo para una valoración.
Principales causas del reflujo
El reflujo no tiene una única causa. Entre los factores más frecuentes se encuentran:
- Hábitos alimentarios: comidas copiosas, exceso de grasa, alcohol o cafeína.
- Sobrepeso: el aumento de la presión abdominal favorece el ascenso del contenido gástrico.
- Hernia de hiato: altera el cierre del esfínter esofágico inferior.
- Tabaquismo: debilita la barrera natural que impide el reflujo.
- Medicamentos: algunos fármacos pueden favorecer la aparición de síntomas.
Consecuencias de no tratar el reflujo
Aunque en muchos casos los síntomas son leves, el reflujo crónico puede dañar la mucosa del esófago. Esto puede derivar en esofagitis, úlceras o incluso en una condición llamada esófago de Barrett, que requiere un control especializado. Por eso es importante no ignorar las molestias cuando se repiten de forma habitual.
Estrategias para controlar el reflujo
El tratamiento se adapta a cada persona, pero en general se recomienda:
- Seguir una dieta equilibrada, evitando fritos, picante, alcohol y bebidas gaseosas.
- Comer raciones más pequeñas y no acostarse justo después de las comidas.
- Mantener un peso saludable.
- Elevar ligeramente la cabecera de la cama si los síntomas aparecen por la noche.
- Reducir el consumo de tabaco y alcohol.
En muchos casos también puede ser necesario un tratamiento farmacológico para reducir la producción de ácido o proteger la mucosa del esófago.
¿Cuándo consultar con nosotras?
Si sientes acidez varias veces por semana, si notas dolor al tragar, regurgitación frecuente o si tus síntomas no mejoran con cambios en el estilo de vida, lo más adecuado es pedir una cita. Nosotras podemos realizar una valoración completa y, si es necesario, solicitar pruebas diagnósticas como endoscopia o pHmetría para conocer la causa exacta del problema.
El reflujo gastroesofágico es una condición frecuente, pero no debe subestimarse. Con un diagnóstico adecuado y un tratamiento adaptado a tu caso, es posible controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo. Si identificas alguno de los síntomas descritos, no dudes en consultarnos. Estamos aquí para ayudarte a cuidar de tu salud digestiva.